Belém, es uno de los barrios más visitados por los turistas en Lisboa. Pero, ¿qué es lo que hay en este barrio de Lisboa que lo hace tan atractivo? En Belém se mezclan tradición e historia transformándolo en uno de los puntos turísticos más interesantes e imprescindibles de conocer en esta ciudad portuguesa. Así que, si estás planeando una visita a Lisboa y querés saber qué ver en Belém, para no perderte de nada, dale una mirada a este post. Corto, conciso pero con toda la información que necesitas para que tu visita valga totalmente la pena y no te quede nada afuera.
Índice de contenidos de este post
Si tuviera que ordenar en escala de importancia los atractivos turísticos de Lisboa, diría que vienen en primer lugar, los que se encuentran concentrados en el centro, e inmediatamente después, los que están en el Barrio de Belém.
Belém, es uno de los barrios más importantes de Lisboa, principalmente porque desde aquí partieron muchos de los exploradores portugueses en busca de la conquista del mundo. Por esta razón, junto a la costa podrás encontrar muchos de los monumentos y edificios más emblemáticos de la ciudad. Y como no todo se trata de historia, en Belém también vas a poder probar algunas delicias locales que valen tanto la pena como todo lo demás.
Hay muchas cosas que ver en Belém: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, el Monumento a los Descubridores y la fábrica de Pasteles de Belém. Por eso, en un itinerario de viaje a Lisboa, solemos recomendar dedicarle un día a visitar el barrio de Belém.
Ahora si, empecemos por ubicar en el mapa los lugares más interesantes que recomendamos visitar en Belém.
Una de las cosas más interesantes qué ver en Belém es el Monasterio de los Jerónimos. Fue construido en el siglo XVI, por orden de Manuel I, con el objetivo de conmemorar el regreso de la India de Vasco da Gama (que se había ido a una flor de expedición). Dicho Monasterio, fue construido sobre las bases de una iglesia en la que, se dice que Vasco da Gama y su tripulación, rezaron antes de partir. En 1983, fue elegido por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad.
Todo en el Monasterio de los Jerónimos, como en muchos otros monumentos portugueses, tiene una reminiscencia a la vida marítima y a la navegación. Dentro del Monasterio podrás visitar la iglesia, donde se encuentran enterrados varios reyes y personalidades destacadas de la cultura portuguesa, y su imponente claustro.
La Torre de Belém es otra de las cosas que sin duda tenés que ver en Belém. Es un monumento situado a orillas del río Tajo que fue construida para defender la ciudad y después se convirtió en centro aduanero y faro. Desde aquí, partieron muchas de las expediciones hacia los nuevos mundos.
Tiene 5 pisos y una terraza. Podrás acceder a ellos a través de una escalera caracol bastante angosta. Eso sí, tendrás que esperar tu turno, porque al tener un acceso tan estrecho, organizan las subida y bajada con un semáforo que indique si podés usar las escaleras o no.
El Monumento de los Descubridores esta justo frente al Rio Tajo y si lo ves de costado parece un barco que está a punto de lanzarse al agua. Representa a todos navegantes y descubridores que alguna vez partieron desde aquí. Sobre el piso, podrás ver un dibujo en el cual están trazadas todas las rutas de los viajes realizados y el año en que se hicieron.
Además de rodearlo y ver todos los detalles de esta bello monumento, podrás entrar y acceder a una exhibición multimedia que trata sobre los logros de los navegantes y sus rutas alrededor del mundo. Además, se puede subir al último piso y tener una linda vista de la ciudad.
En todo Portugal encontrarás que venden Pastelitos de Belém (o pastéis de nata). Pero los originales, están en Belém. Así que, si vas a Belém y no probás los pastelitos de Belén en Pastéis de Belém, el lugar donde fueron creados, te diría que es casi un crimen. Es una gran fábrica/cafetería ubicada en Rua de Belem Nº 84 a 92, a pocos metros del Monasterio de los Jerónimos.
Vas a encontrar largas filas a cualquier hora y en cualquier época del año. Pero la buena noticia es que se mueve rápido y a pesar de la cantidad de gente, no tendrás que esperar mucho. De hecho, es tanta la demanda que tiene que siempre están calientes porque siempre está saliendo una nueva tanda del horno.
Hay quienes se los compran para llevar y los que, como nosotros, entran y se sientan a tomar café con leche con pastelitos. El lugar es muy grande y tiene varios salones, repletos de gente a toda hora.
Se venden por unidad y cada pastelito cuesta €1. Y no seas modesto: te aseguro que, solo para empezar, vas a comer por lo menos dos. Y de ahí, para arriba.
Si vas a andar por Lisboa, te recomendamos que incluyas en tu itinerario un día en el Barrio de Belém. Hay mucho para ver, está todo cerca entre sí y realmente vale la pena.
¿Nos faltó agregar algo que ver en Belém? ¿Te quedó alguna duda? ¡Te leemos en los comentarios!
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