¿Pensas viajar en el Flecha Roja de Moscú a San Petersburgo y querés saber con qué te vas a encontrar? Entonces no dejes de leer este post. Hablamos de las comodidades del Flecha Roja, de lo que te vas encontrar cuando entres al camarote, de lo que te dan, de las camas, ¡de todo! Lo impecable de las alfombras color vino tinto, las cortinas y la vajilla del desayuno, son solo algunos de los detalles que transforman una experiencia de viaje de punto A a punto B, en una especial y diferente. Es, otra vez (como en los viejos comedores soviéticos que ya te recomendamos que visites) viajar en el tiempo hacia épocas remotas rusas.
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Viajar en el Flecha Roja, lo que tenés que saber
Nosotros viajamos en el tren nocturno desde Moscú hasta San Petersburgo. Compramos el ticket del Flecha Roja varias semanas antes. Llegamos a la estación unos 45 minutos antes del horario de salida, después de la investigación casi científica que significó entender de qué estación teníamos que salir (te ayudamos a entender tu ticket de Flecha Roja en este otro post). No mucho antes del horario de partida de nuestro tren, apareció en las pantallas, la plataforma de la que saldría. Así que a no desesperarse si no aparece de entrada que descubrimos que es normal que lo anuncien un ratito antes. Ya en la plataforma, había una persona de la compañía de tren junto a cada vagón para recibir a los pasajeros. Nosotros nos dirigimos hacia el que nos correspondía, y una mujer, de correctísimo uniforme, nos esperaba con una sonrisa.
Le entregamos el ticket impreso y nos indicó muy cordialmente (característica que resulta casi extraña en tierra rusa como ya comentamos en nuestro post 25 datos útiles), que debíamos subir he ir hacia la izquierda para encontrar nuestro camarote. Todo fue en ruso con señas y no mucho más. No se imaginen otro tipo de diálogo porque no existe. Todo estaba perfectamente limpio y muy muy cuidado. Las alfombras y las cortinas, estaban impolutas. Una joya todo. Que tenga un look antiguo, no quiere decir que sea viejo ni desvencijado. Nada que ver.
El camarote del Flecha Roja
Nosotros reservamos un camarote doble privado (sabé que también los hay compartidos y De Luxe). Cuando llegamos a nuestro camarote, tenía los asientos enfrentados con una mesa en medio, pero después vino la persona encargada del vagón y nos ayudó a abrir y preparar las camas para dormir. Sobre los asientos nos dejaron 2 almohadas a cada uno. Comodísimas y con sábanas con aroma a recién lavadas.
El tamaño del camarote es correcto. No sobra demasiado espacio pero tampoco falta. Nosotros viajamos con dos valijas de 23 kilos y pudimos dejar las dos en hilera entre los asientos. No digo que era una fiesta de espacio, pero estabamos OK.
Qué te ofrecen en el Flecha Roja
Sobre la mesa, un kilo de chucherías para alegrar al estómago. ¡Me encanta! Dos botellas de agua, dos barras de chocolate amargo que eran un fuego y una cajita por pasajero con “los secos” del desayuno del otro día (un pan, un muffin, mermelada, saquitos de té, azúcar y servilletas).
El camarote esta bien equipado casi como una habitación de hotel (de las que no tienen baño en este caso). Cuenta con varios enchufes para que puedas cargar todos tus dispositivos móviles y caja fuerte en caso de que quieras guardar algo de valor y dormir relajado. Nosotros no la usamos, pero no parecía muy compleja de usar. También nos dejaron el diario. Ilegible para nosotros por supuesto, pero lindo detalle.
Y para completar, nos dejaron un mini set con pantuflas, toallitas húmedas, cepillo y pasta de dientes, auriculares, peine y una esponjita que todavía no descifré bien para que era. De todo esto había foto en detalle pero como ya comentamos en otros posts, en este viaje perdimos gran parte de las fotos por no subirlas a la nube! (Yo sé que no se ve nada en la foto a continuación, pero el mini set es ese sobre plástico azul que está sobre el asiento señalado con unas hermosísimas flechas naranja. Perdón, pero no podía no poner al menos esta foto).
A la hora de comprar el ticket vía la pagina oficial (en este link te contamos como comprar tu ticket para el Flecha Roja), elegís el camarote que querés en un mapita. Nosotros elegimos uno que estuviese cerca del baño pero tampoco taaaan pegado para evitar las posibles molestias que puede generar el movimiento nocturno. El baño estaba impecable y era bastante amplio como para moverte sin demasiadas complicaciones. Para los que les interese, arriba de tren también se puede cenar, pero sepan que eso no está incluido en el precio de ticket. Se paga aparte.
El Desayuno en el Flecha Roja
Ah! y una vez que nuestro tren salió, nos pidieron que eligiésemos entre las opciones del desayuno (en realidad señalaron, he hicieron algunos gestos). Sobre la mesa dejan una carta que está en ruso y en inglés con las opciones entre las que podés elegir. Nosotros pedimos variado para poder probar todo: jugo de naranja, crepe de salmón, avena con duraznos y quesos varios.
¡A tener en cuenta! el desayuno esta incluido en el precio del ticket, pero si querés café, te lo cobran aparte. El té si esta incluido. Re loco, pero intuyo que tiene que ver con que los rusos toman muchísimo café todo el tiempo, así que se ve que ahí tienen su negocio. El desayuno te lo traen unos 40 minutos antes de llegar a destino.
💡 INTERNET EN EL FLECHA ROJA
Un dato no menor, que vale la pena aclarar es que el Flecha Roja, a diferencia de otros trenes que hacen este trayecto, no tiene Wi-Fi (por lo menos así era en 2017). Para nosotros no representó un problema, pero esta bueno tenerlo en cuenta.Nosotros tomamos el Flecha Roja en Moscú a las 23.55 y llegamos a San Petersburgo alrededor de las 7 y media de la mañana. Dormimos toda la noche muy bien, casi como en un hotel. Nuestra experiencia no tuvo ruidos molestos ni nada que se le parezca. Fue tan lindo que nos hubiese gustado que este viaje, durara un poquito más.